domingo, 6 de septiembre de 2009

Sir Albert:

Escribo estas lineas para agradecerle me haya insistido en hacer este viaje. Usted tenia mucha razón alcreer, o por lo menos decirme, que me iba a ir mejor en algun otro pais que encerrada en su castillo. Y no me ha costado másque un par de horas aceptar que sinceramente mi suerte ha mejorado desde que he dejado la casa.

Desde que desembarqué en la primer ciudad el exito me ha perseguido sin descanso. ¿Recuerda aquellos dibujosque usted odiaba? Me he vuelto muy famosa por mi estilo de pintar. Los grandes salones de exposicion no sesan de llamarmey mis pinturas visten las casas mas ostentosas del pais.Hasta me han dado un premio!

Mi corazón vuela libre como un pájaro. Los pretendientes no me faltan y hasta quiza me sobren. Me tienen tandistraida que rara vez recuerdo el castillo y las sábanas de seda. A decir verdad, tambien rara vez lo recuerdo a usted.Es que este mundo que usted mismo me ha obligado a conocer tiene todas los condimentos necesario para la receta del olvido.

Imagino que mi imagen tampoco le es recurrente y no me sorprende ni me ofende, usted sabe que lo conozco más que cualquier persona en el entero mundo. No queria dejar de agradecerle, seguramente su espera era esa. No se incomode ni se confunda, que usted no me extraña...no se me va a aflojar ahora que la vida me y le sonrie.

Sin quitarle más minutos me despido de usted quizás para siempre. Pero no se olvide que lo quiero tanto como el primer día.

Ya no más suya.
René.

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